14Dic
2016
Escrito a las 2:17 pm

Cuando me embarqué en esta carrera presidencial, mi principal objetivo en estos meses ha sido instalar temas y abrir el diálogo. Por esto mismo, estamos muy contentos de que sectores muy diversos se unan al debate tal como lo hizo Chile Vamos, recogiendo nuestras ideas sobre la construcción red de transporte y tranvías regionales, propuestas en el libro En vez del pesimismo, publicado en septiembre de este año.

Tal como se señala en En vez del pesimismo, este siglo podría constituir una nueva era para resolver parte de los problemas de transporte de las ciudades de nuestro país, aprovechando sus beneficios ambientales (cero emisiones) y urbanos. Para esto, las tecnologías deben adaptarse a los requerimientos de la demanda y el territorio. En zonas urbanas densas, con un stock importante de servicios y empleo como los centros, se justifican los tranvías y/o metros ligeros, mientras que en áreas metropolitanas o ciudades de mayor tamaño, se requieren trenes suburbanos que conecten las zonas de expansión, comunas o “ciudades dormitorio” con los centros metropolitano.

Los trenes interurbanos o de cercanías estarían destinados al área de influencia formada por capitales regionales y las ciudades intermedias o asentamientos menores que dependen de estas en un radio de viaje inferior a 100 kilómetros. Un ejemplo de este es el Metrotren que conecta Santiago con San Fernando y Rancagua.

Estos medios de transporte pueden combinarse entre sí, armando un solo sistema troncal de transporte masivo. Un ejemplo es el Merval de Gran Valparaíso donde existen tramos de Metro subterráneo con otros donde funciona como tren de cercanía y algunos donde podría operar como tren interurbano, si se extiende a Calera y Quillota. Lo mismo ocurre con el Bíotren del Gran Concepción, aunque en este caso la combinación es entre trenes de cercanía (San Pedro-Concepción) y trenes interurbanos (Coronel – Concepción).

Además pueden integrarse física y tarifariamente, mediante estaciones de intercambio modal, que contemplen espacio para bicicletas, autos o buses y colectivos y teleféricos más ascensores como los históricos de Valparaíso.

Queda un enorme trabajo por hacer en el desarrollo de tranvías y trenes (suburbanos y de cercanía) que apuntan tanto a sistemas de ciudades como a áreas urbanas con densidades relevantes o con potencial de reconversión.

En el caso del metro ligero están los proyectos de Viña del Mar comenzando en el Centro de la ciudad, pasando por 15 Norte hasta llegar a Reñaca Alto (6 km.); en Valparaíso el que partiría en la actual estación Barón conectando el Puerto (2,7 km.) y en Concepción el que uniría la Ribera Norte con Collao (2,5 km.).

En el caso de los tranvías, este siglo es una nueva oportunidad para rescatarlos y resolver parte importante de los problemas de transporte de las ciudades, aprovechando sus beneficios ambientales y su flexibilidad urbana. Las propuestas son las siguientes: en Arica, el tranvía comenzaría en el Centro hasta Punta Norte (6 km.); el de Iquique conectaría el centro histórico conectando con La Tirana (4 km.), en Antofagasta el Tranvía comenzaría en la Chimba hasta Parque Brasil (10,5 km.); el de La Serena y Coquimbo iniciando su recorrido en Tierra Blanca y terminando en Las Compañías (9 km.); en Santiago la propuesta es un tranvía que una desde el Metro Manquehue hasta La Dehesa (10 km.); en la comuna de Puente Alto por su parte se iniciaría en la Plaza de Puente Alto hasta los Bajos de Mena (3,8 km.); en la comuna de Vitacura uniría en Américo Vespucio con Estoril (5,3 km.) y en Maipú conectando la Plaza de Maipú con el Parque 3 Poniente (2,2 km.).

La expansión de los trenes interurbanos destinados a comunicar la capital regional con las ciudades intermedias o asentamientos menores en un radio de viaje menor a cien kilómetros, también son fundamentales en esta red de transporte. En el caso de los trenes urbanos están los proyectos en Copiapó de unir Tierra Amarilla con la Universidad; en Temuco uno que conecte Padre Las Casas con Lautaro; en San Antonio uno que comience en Lloleo y termine en Cartagena y en Puerto Montt un tren que una Puerto Varas con el centro de Puerto Montt.

En el caso de los trenes de cercanía las propuestas serían uno que una Villa Alemana, pasando por Quillota hasta La Calera; otro que comience en Talca y termine en San Javier por la vía actual, en Concepción uno que conecte Coronel con Lota y en Puerto Montt un tren que vincule Alerce con La Unión, pasando por Llanquihue y Osorno.

Finalmente están los proyectos de teleféricos y ascensores. Estos medios de transporte no contaminan, llegan rápidamente hacia zonas altamente poblados y con limitaciones geográficas y hacen de sus estaciones potenciales polos de servicios y renovación urbana. Los proyectos en carpeta son la proyección de un trazado de un teleférico que una Iquique con Alto Hospicio, conectando con el Tranvía Cavancha, en Valparaíso la construcción dos líneas de teleféricos, el Montedónico que una esa población con el centro de Cerro Alegre y otro que conecte el Plan con el Cerro La Cruz. En Santiago la propuesta de teleférico, aprovechando la reinauguración del teleférico del Parque Metropolitano es proyectar su trazado y unir Providencia con Huechuraba y construir un ascensor desde la zona Sur del Parque hasta el Cerro Chena.

Soñemos en grande, recuperemos el tiempo perdido en mejorar nuestras ciudades, nuestra economía y nuestra calidad de vida. La historia enseña que cuando existen oportunidades hay que aprovecharlas en el momento en que se dan, ya que después es demasiado tarde. Hoy es el momento.

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