Ha fallecido Antoni Traveria, amigo de Chile y de América Latina. Fue un demócrata ejemplar, solidario y comprometido. Nos conocimos en los años duros de la dictadura de Pinochet, en los que siempre nos acompañó con su apoyo incondicional, consejos y, por sobre todo, transmitiendo pasión, inteligencia y cariño. Luego de la dictadura, buscó la forma de preservar la memoria, recopilando el material que furtivamente personas anónimas registraron del horror. Así aparecieron fotos y filmaciones inéditas el sentido fiel de la palabra inédito.

Entendía que la Casa América era una conexión entre su Cataluña querida y América Latina, basada en un fuerte sentido del rol de Iberoamérica, porque sumaba las fuerzas de la Península Ibérica y América Latina. Casa América en Barcelona era sinónimo de apertura, de un puente enorme tendido sobre el Atlántico para comprendernos mejor e influir más en el mundo. Antoni sentía una obligación por conducir las complejidades, las expectativas, los sueños y esperanzas de los que están a uno y a otro lado del Atlántico. Su rol era traducir el español del sur con el español de la península, en uno y otro sentido.

Tuvo una enfermedad larga y la combatió con la misma fuerza y entereza de siempre. No podemos decir que su muerte nos sorprendió, estábamos preparados para ello. Pero cuando ocurre, no podemos sino decir desde lo más profundo: Gracias Antoni por lo que hiciste, por tu entrega, por tu vocación de un ideal superior. Sufriste como tantos otros el drama de Cataluña y lo que está pasando en Barcelona. Entendías muy bien la necesidad de mantener la autonomía indispensable dentro de una España abierta y plural. Esperemos que otros puedan seguir tu trayectoria con la fuerza que lo hacías, con la dedicación con la cual trabajabas cada día, con tu perseverancia.

Trabajaste hasta el final, siempre atento a los temas actuales como las migraciones o del calentamiento global y estabas programando un seminario sobre las drogas y la experiencia en ambos lados del Atlántico. Los grandes temas de nuestro tiempo eran tus temas y cómo se podían enfrentar de una manera común acá y allá era una de tus principales preocupaciones.

Te extrañaremos mucho y con tu palabra, con tu ejemplo, esperamos seguir con tu dedicación esta causa por construir un gran puente sobre este Atlántico que nos hace mirar y compartir valores comunes, los mismos que tú impulsaste y viviste a lo largo de tu vida. Gracias Antoni por tu ejemplo y por tu amistad.