13May
2015
Escrito a las 9:51 pm

Ricardo_Lagos_talcaParticipar de actividades públicas durante un largo período de mi vida, me ha permitido constatar que lo que ayer hicimos, y precisamente porque lo hicimos, nos transformó en un país muy distinto. Si hacemos el ejercicio de comparar una fotografía del Chile de 1990 con el de 2015, veremos realidades muy diferentes que demuestran la profunda mutación política, social y económica de la sociedad chilena.

En lo político, en 1990 el Estado subsidiario se imponía sin discusión con políticas neoliberales y la autorregulación de los mercados. Hoy, ese Estado subsidiario está en tela de juicio tras la crisis de 2008. La solución que dieron todos los líderes occidentales al desplome económico, ha sido política. Es decir, fortalecer un Estado activo que regule al mercado y sus implicancias.

¿Y en lo económico? Seguimos siendo los primeros productores de cobre del mundo, pero si en 1990 concentrábamos el 16%, hoy es el 30%. Por otra parte, mientras que hace veinte años teníamos una economía de 5000 dólares por habitante, en 2015 nos acercamos a los 16.000 mil, aunque otra cosa es analizar cómo está distribuido. Porque claro, en 1990 el paradigma sostenía que para lograr un crecimiento sustantivo se debía aumentar el ingreso por habitante. Hoy en cambio, al casi alcanzar la barrera de los 22 mil dólares, el desarrollo se determina en la forma en cómo se distribuyen los ingresos. A este se suma un nuevo paradigma que ni siquiera existía en los noventa. La pregunta por el nivel de emisión de gases de efecto invernadero por habitante determinará en un futuro muy cercano el grado de civilización que tenga una sociedad.

En el ámbito social, pasamos de un 12 por mil de mortalidad infantil, a 8 por mil, de la desnutrición infantil a la obesidad y las personas bajo la línea de pobreza bajaron de un 40% a un 10%.

La foto de 1990 es análoga, mientras que la de hoy digital. La irrupción de las nuevas tecnologías ha impactado profundamente en la comunicación y los vínculos, desarrollando un registro del presente inaudito. La ciudadanía ahora, porque sabe más, exige y demanda mucho más.

Dos realidades muy distintas que nos muestran el camino que avanzamos para llegar al Chile actual. El 30% de la población que superó la línea de la pobreza, se puso de pie y está en una etapa distinta de desarrollo como persona y familia. Forman parte de la clase media emergente que plantea nuevas miradas y demandas. El Estado por su parte, debe responder a estas necesidades de manera eficiente y transparente, haciéndose cargo de los desafíos que tiene en frente: proteger al ciudadano de aquellas fuerzas del mercado que no se regulan o lo hacen inadecuadamente, abrir espacios de reflexión para un nuevo contrato entre chilenos y chilenas, agregar valor a nuestra producción minera a partir del desarrollo de insumos e investigación científica, crecer con la menor emisión posible, lograr una distribución de ingresos más igualitaria y asegurar garantías mínimas a todos sus ciudadanos en educación, salud, vivienda y calidad de vida. Sólo así podremos estar orgullos en 25 años más de que la imagen del Chile que hoy soñamos, sea una realidad.

 

Un comentario

001
Fausto Rojas
15.05.2015 a las 16:52 Enlace Permanente

Cuando Leo Al Sr. Ricardo Lagos No Puedo Evitar El Hacer Comparaciones, Al Notar La Visión de Desarrollo Que Tiene En Consonancia Con El Ser Humano, Es Entonces Cuando Pienso En Mi País, La República Dominicana, y Noto Lo Remoto Que Nos Encontramos de La Justicia Social, Pero Albergo La Esperanza de Que Algún Día Los Verdugos Con Títulos Académicos y Licencia Social, No Podrán Seguir Ingiriendo Tanta Sangre, Muertes y Lagrimas, Pues Como Dice El Dicho: “No Hay Mal Que Dure Cien Años Ni Cuerpo Que Lo Resista” .

Dejar un comentario

  • Suscríbete a mi Blog
    Por favor, introduce tu email para recibir en tu correo las últimas publicaciones



    la dirección a la que te mandaré todas mis publicaciones.







    Ver política de privacidad