31Dic
2015
Escrito a las 7:11 pm

Tristemente el año termina como empezó. La aparición de ISIS en el orden mundial y su manifestación de poder terrorista primero con el atentado al semanario Charles Hebdo y luego en los actos terroristas del 13 de noviembre en París dan cuenta que, durante este año, no sólo se fortaleció sino que reveló las problemáticas de las potencias mundiales para hacerle frente a un actor no estatal con pretensiones de estado soberano. Sin embargo, una luz surgió en estos últimos días, cuando Irak dio un fuerte golpe al Califato al retomar Ramadi, la capital administrativa del grupo terrorista.

El fin de 2015 marca un devenir ya anunciado el año pasado. Más predecible que el 2014, continuaron ciertos acontecimientos que venían sucediendo como la sangrienta guerra civil en Siria y la crisis migratoria se instaló en la opinión pública cuando un niño refugiado sirio apareció sin vida en las costas mediterráneas ¿Quién iba a imaginar en enero de este año que Europa terminaría en diciembre con un millón de refugiados? El año en Europa cerró con la firma del tratado de la COP21 para enfrentar mundialmente el cambio climático y con unas elecciones en España que forman parte del cambio político que se venía sucediendo en Grecia e Italia. El surgimiento de nuevos actores políticos abre la pregunta sobre la continuidad del bipartidismo tradicional o si Podemos y Ciudadanos se sumarán activamente en el panorama político del país.

Es digno de subrayar el último año de gobierno de Barack Obama, en el que realizó modificaciones sustanciales en las políticas que afectaron tanto a Estados Unidos como al mundo entero. Además de reabrir la embajada de Estados Unidos en Cuba poniendo con ello fin a los resabios de la Guerra Fría en América, celebró un acuerdo histórico con Irán, levantando las sanciones en contra del país árabe y llegando a asociarse con él para hacerle frente al Estado Islámico.

La autoridad moral del Papa Francisco se insertó con fuerza en el contexto internacional. Nunca un Papa había hablado frente al Congreso de Estados Unidos, de mayoría protestante. A su vez, a partir de la publicación de su Encíclica Laudato Si elevó la voz enérgicamente contra las ineficaces medidas que se han tomado para combatir el cambio climático, que afecta directamente a los sectores más pobres del mundo.

América Latina comenzó a sufrir el impacto de la recesión económica internacional y, especialmente, en el caso de los países sudamericanos la desaceleración de China. Al mismo tiempo se vivieron momentos políticos de gran importancia simbólica para el devenir de la región. Una fotografía imborrable de este año será la de las manos entrelazadas entre el presidente de Colombia Juan Manuel Santos y el líder guerrillero Rodrigo Londoño Echeverri – Timonchenko- ante la mirada de Raúl Castro iniciando el proceso de paz en Colombia. A su vez, el triunfo obtenido por la Mesa de Unidad Democrática (MUD) con mayoría absoluta en el Parlamento de Venezuela, plantea un enorme desafío en el que, mientras se restablecen los equilibrios macroeconómicos básicos, se debe aceptar y mantener las conquistas sociales de los gobiernos de Chávez y Maduro. Sin embargo, así como Maduro reconoció rápidamente el triunfo opositor, hoy cuestiona algunos miembros electos, con lo que MUD perdería la mayoría absoluta. Lo mismo sucede en Argentina con la llegada de Mauricio Macri como presidente, quien debe lograr consenso con la oposición y buscar la estabilidad económica del país, sin perjuicio de los derechos sociales alcanzados durante el Kichnerismo.

Para Chile este 2015 será recordado como un año de una profunda crisis política. El viejo tema de los tiempos de Aristóteles entre el dinero y la política reveló una serie de situaciones irregulares sobre el financiamiento de campañas políticas, los que sumados al caso de la colusión del papel tissue, la corrupción en la ANFP y la crisis moral desatada por los casos de abusos en la Iglesia Católica instalaron una gran molestia y sensación de desconfianza hacia las instituciones y autoridades de todos los sectores, por parte de la ciudadanía.

Para superar la sensación de malestar y desconfianza que dejaron parte de los hechos del 2015, es fundamental asumir que nos enfrentamos a un nuevo ciclo, en el que las reformas sólo son posibles a través de acuerdos. En términos internacionales la estrategia más sensata contra el ISIS es un diálogo total entre todas las potencias mundiales para coordinar medidas políticas y militares conjuntas para hacerle frente. En términos regionales, Venezuela, por ejemplo, debe ser gobernada a partir de consensos que incluyan a todos los sectores y, en términos nacionales, Chile debe iniciar un proceso de diálogo que involucre una mirada común sobre el país que queremos a 20 años.

Esperemos que en el 2016 se inicie un diálogo ininterrumpido con miras a un mejor futuro para nuestro país, nuestra región, nuestro mundo.

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